Descripción
El Dios de Francisco de Asís. Su sentido de absoluto
“Dios mío y todas las cosas”, es la traducción literal de “Deus meus et omnia” . Pero ¿qué sugiere? La mirada unitaria a toda la realidad existente y posible, que sólo tiene un Dios y Señor, el absolutamente trascendente e inmanente. Nada sin Dios. Cabe introducir este matiz: “Todas las cosas en Dios”. Viene a reforzar la mirada teologal, que no puede separar a Dios de sus criaturas, y por ello percibe e éstas en cuanto creadas y habitadas por Dios. Elevación del espíritu creyente: todo en Dios. Pero el autor ha preferido el más tradicional “Dios mío y mi todo”, que vendría a decir lo siguiente: “Tú eres mi todo”. ¿Por qué se ha inclinado por esta traducción? Porque la expresión latina nace de la relación afectiva con Dios: el posesivo “Deus meus”, mi Dios. ¿No es lo propio del amor la transfiguración de toda la realidad al percibir la presencia y la comunión con el Amado? En este caso, la traducción subraya la experiencia que totaliza, la suficiencia de Dios. Los matices no se oponen, se complementan, y tanto los comentarios de texto como las reflexiones que se exponen en esta libro lo aclararán.
El libro tiene dos partes:
- la primera parte es un acercamiento a los textos de Francisco en su radiante inmediatez.
- la segunda parte es una reflexión sobre su trasfondo personal, pero puesta la mirada, igualmente, en la problemática espiritual que suscita.