Descripción
El combate espiritual a la luz de Francisco de Asís y de sus hermanos
¿Cómo podemos imaginar a Francisco de Asís en plan de combate, él que elige voluntariamente la pobreza, habla a los pájaros y nos invita a la hermandad universal y además es reconocido por todos como pacificador? Si se convirtió en un hombre de paz y si supo hablar con los pájaros, es simplemente porque libró una batalla, una batalla sobre sí mismo, precisamente para responder a la expectativa del Señor. Nos acercamos a Francisco de Asís sin dejarnos impresionar por la hagiografía.
¿Por qué esta idea de combate? Tenemos que admitir que en nuestras vidas, nos enfrentamos a grandes demandas. El individualismo, el consumismo, las familias que se están separando, nuestras iglesias donde vemos cada vez menos jóvenes… Podemos entender este término como una forma de vigilancia que hay que mantener. En términos generales, las relaciones están siendo atacadas en nuestra sociedad, ya no sabemos cómo vivir en una relación, ya no sabemos cómo formar una familia, ya no sabemos cómo fraternizar. Si el objetivo de la guerra espiritual es recuperar estos valores, entonces concierne a toda la humanidad. No hay perdedores en esta batalla, sólo hay ganadores, no hay enemigos que derrotar sino hombres que amar.
El combate espiritual concierne a todos aquellos que desean vivir del Evangelio en el seguimiento de Cristo. Las armas de nuestra lucha no son parte de ningún arsenal humano. El arma esencial de la guerra espiritual es el amor, y la que resolverá todos los conflictos. Amor que exige superarse a uno mismo, aprender a mirar al otro, a amar al otro. Sé por experiencia que el amor es efectivo, actuando.
800 años nos separan de Francisco de Asís. Su vida se basa en un loco amor a Dios, desde este loco amor se compromete y da ejemplos muy concretos de vida. Lo que Francisco de Asís nos enseña es, entre otras cosas, que la fraternidad se construye a partir de la atención, la vigilancia, la escucha del corazón, y precisamente de este deseo de vivir en el seguimiento de Cristo. Y creo que aquí es donde realmente llegamos, y este es el milagro de la gracia.
La guerra espiritual no puede ser peleada sin Cristo. La fraternidad sólo puede realizarse verdaderamente a través del amor de Cristo, es tan fuerte, es una necesidad, y es necesario apoyarse en la Palabra.
(Suzanne Giuseppi-Testut)