Descripción
Clara de Asís. Comentario teológico de su Testamento
El Testamento lo compone santa Clara hacia el final de su vida, cuando todavía no había sido aprobada la Regla por el papa Inocencio IV el 9 de agosto de 1253, dos días antes de morir. Por eso, manifiesta su última voluntad con este escrito, que no es otra que seguir la pobreza radical que prometió a san Francisco y al que quiere ser fiel hasta el final. No trata la crítica textual, bien tratada por Paolazzi recientemente, ni tampoco su lugar dentro de la rica espiritualidad franciscana. El objetivo es fundamentar teológicamente las afirmaciones clarianas y apoyarlas con textos paralelos de la Regla, Cartas y los escritos de san Francisco.
El libro divide el Testamento en tres partes:
- Relaciones con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo (vv. 1-23)
- La «forma de vida» de Santa Clara y sus hermanas (vv. 24-55)
- La fraternidad (vv. 56-79).
La primera parte relata la experiencia de Dios en Clara de Asís.
La segunda parte expone el origen de las hermanas (vv. 24-36), su compromiso con la pobreza (vv. 37-55). Se estudian dos temas importantes para la forma de vida clariana: su vocación no es para la contemplación según se comprende en la tradición monástica de la Iglesia; su forma de vida, escrita y enseñada por Francisco, se inserta en la historia de Jesús, que es el Evangelio, es decir, la vida de «pobreza». La experiencia de fe de Clara le conduce al seguimiento de Jesús pobre y crucificado, como visualiza Francisco. Por consiguiente, la vocación de Clara entraña una misión itinerante, servicio inserto en la dinámica histórica de la vida de Jesús y en la de los habitantes de Asís, y abre un brecha en los muros feudales que confinan la vida social y religiosa de la mujer de entonces. La mejor prueba es cuando Clara abandona los monasterios donde inicia su seguimiento de Jesús y Francisco y se instala en San Damián, como se lo ha revelado el Señor en el Evangelio, y a la vista de los habitantes de Asís.
En la parte última del Testamento (vv.56-79) se estudia la relación fraterna en la que se explicita la vocación y forma de vida de Santa Clara; la obediencia: superioras y súbditas; la perseverancia y la bendición final. El párrafo que trata de la «vida fraterna» (vv. 56-60), tiene tres partes:
- La primera versa sobre el Padre de las misericordias: «A causa de lo cual, no por nuestros méritos, sino por la sola misericordia y gracia del espléndido bienhechor, el mismo Padre de las misericordias esparció el olor de la buena fama, tanto entre los que están lejos como entre los que están cerca» (TesCl 58).
- En la segunda escribe cuál es el fundamento de la vida fraterna, tanto en su origen creyente como histórico: es el amor vivido y descrito por Jesús (TesCl 59-60). La relación fraterna se evidencia en el amor de Jesús, un amor que no es sólo de servicio mutuo, sino experimentado interiormente, es decir, un amor con el que se hace y forma una hermana clarisa. Dicho amor parte del Señor y termina siempre en las hermanas.
- Por último, describirá cómo dicho amor fraterno se concreta en desarrollar algunos valores o virtudes cristianas que indicarán el estilo peculiar que comporta la fraternidad clariana. Ser consciente de que la fraternidad se funda en la caridad de Cristo es primordial. Clara toca el centro de la fe, y en cuanto tal, la identidad de la fraternidad clariana, hondamente enraizada en la lectura que san Francisco hace de Jesucristo, porque su caridad es la presencia del amor de Dios en la historia y la relación concreta que establece con sus criaturas: son hijos en su Hijo.